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miércoles, 14 de septiembre de 2016

SÍNDROME DE USHER



El síndrome de Usher (SU) es un heterogéneo grupo de enfermedades caracterizadas por retinosis pigmentaria (RP), sordera sensorioneural y disfunción vestibular. La coincidencia de estas anomalías fue reconocida por primera vez por Von Graefe en 1855 y posteriormente el doctor Charles Usher (1914-1935) corroboró su naturaleza hereditaria. Clínicamente se diferencian 3 subtipos, cada uno de los cuales es genéticamente heterogéneo. Hasta 11 genes diferentes participan en este proceso, la mayoría de ellos implicados también en patologías auditivas o visuales no sindrómicas.

Este síndrome constituye la primera causa de sordoceguera hereditaria y su prevalencia es variable. Oscila entre 4,4 x 100 000 en Estados Unidos.

Herencia.

El síndrome de Usher se transmite a las generaciones familiares subsiguientes a través del modelo de herencia autosómica recesiva. En este tipo de herencia, se requieren dos copias de un gen de síndrome de Usher, uno de cada padre, para que una persona herede el síndrome. Un individuo portador, no tendrá ningún síntoma del desorden.

Formas clínicas.

Hay tres formas conocidas de síndrome de Usher:

Síndrome de Usher tipo I: existe hipoacusia sensorioneural profunda a severa, congénita, bilateral y simétrica, no progresiva, con habla ininteligible, respuestas vestibulares ausentes o anormales a los estímulos rotatorios y térmicos y ataxia variable. El ERG (electroretinografía) suele estar abolido al momento del diagnóstico.
Entre los ocho y quince años comienzan las primeras señales de retinitis pigmentaria: ceguera nocturna y pérdida de visión periférica.
Actualmente se conocen seis subtipos diferenciados según el cromosoma afectado: USH1A localizado en 14q32, USH1B en 11q13.5 responsable de codificar miosina VIIA,  USH1C en 11p15.1 responsable de codificar harmonina,  USH1D en 10q21-22 responsable de codificar cadherina 23, USH1E en 21q21 y USH1F en 10q21 responsable de codificar protocadherina 15.

Síndrome de Usher tipo II: hipoacusia de tipo sensorioneural leve, moderada leve, moderada o severa, congénita bilateral, simétrica, no progresiva. El defecto auditivo es más patente para frecuencias altas; los pacientes sí hablan y las respuestas vestibulares son normales. La distrofia retiniana es de aparición tardía (generalmente después de los quince años) y menos grave, detectándose a menudo un ERG débil.
Se conocen tres subtipos diferenciados según el cromosoma afectado: USH2A localizado en 1q41 responsable de codificar usherina, USH2B en 3q43 y USH2C en 5q14.3.

Síndrome de Usher tipo III: la pérdida de audición y visión son progresivas. La hipoacusia va de leve a moderada en el paciente joven y puede ser profunda en adultos, por lo que este cuadro clínico es similar al tipo II en niños, y al tipo I en adultos. Los pacientes también parecen mostrar una progresión a arreflexia vestibular a medida que envejecen. Se distingue del tipo II por la naturaleza progresiva de la pérdida auditiva y el compromiso vestibular variable. La retinitis pigmentaria puede aparecer a cualquier edad. Esta forma sindrómica está relacionada con el cromosoma 3q21-25 que codifica para la proteína clarín-1 que se expresa en la retina.

Aproximadamente el 83% de aquellos que tienen Usher tipo I presentan alteraciones en el llamado 'Gen Miosina 7A', que codifica la proteína miosina 7A. La miosina es parte importante del citoesqueleto de las células ciliadas del órgano de Corti y de los receptores vestibulares, de ahí que su ausencia, disminución y/o disfuncionalidad cause hipoacusia sensorioneural y alteraciones vestibulares. La miosina además esta presente  en los conos y bastones de la retina, y cumple un rol importante en la sensibilidad ocular a la luz. Otras proteínas afectadas: harmonina, presente en los estereocilios de las células ciliadas; cadherina y protocadherina, asociadas a membranas celulares e implicadas en la adhesión celular; usherina, implicada en el transporte a través de la membrana celular y  probablemente componente crítico del laberinto membranoso o de la membrana tectoria. En la retina es factible que la usherina sea componente de la matriz extracelular que rodea a los fotorreceptores.
Es de interés mencionar que además varios autores han descrito alteraciones neurológicas y psiquiátricas que incluyen anomalías cerebelares, principalmente atrofia, y de la parte central del cerebro. Estas anormalidades no se correlacionan con la edad o el sexo de los afectados. Dentro de las alteraciones mentales se encuentran severos disturbios emocionales, esquizofrenia y otros cambios similares a alteraciones maniaco-depresivas. Sin embargo, algunos cuestionan la presencia de estas anomalías psiquiátricas, sosteniendo que bien pudieran ser expresión y resultado del aislamiento que produce la doble limitación visual y auditiva, o que, debido a la dificultad obvia que existe en la evaluación de estos pacientes, se de pie a interpretaciones erróneas de un retardo mental cuando en realidad no lo hay.

Diagnóstico

Para lograr un diagnóstico acertado es necesario realizar evaluaciones a nivel genético, oftalmológico y audiológico.
Existe la posibilidad de hacer estudios de genética molecular en algunos subgrupos de los tipos 2 y 3 del síndrome de Usher. La combinación de retinitis pigmentosa y alteraciones auditivas también se pueden encontrar en otros síndromes, pero el síndrome de Usher es el único en que la hipoacusia profunda se manifiesta desde el nacimiento.
Un importante criterio para diferenciar los tres tipos entre sí es realizar un seguimiento clínico.
Además, existen exámenes especiales para ayudar a diagnosticar el síndrome de Usher, como por ejemplo los siguientes:
  • La electronistagmografía (ENG) y audiometría tonal para evaluar el sistema vestibular y auditivo.
  • La electroretinografía (ERG) y examen de fondo de ojo para detectar retinitis pigmentosa.

Tratamiento

El tratamiento específico será determinado por el o los médicos tratantes basándose en lo siguiente:
  • La edad del paciente, su estado general de salud y su historia médica.
  • Que tan avanzada está la enfermedad.
  • Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
  • La tolerancia del paciente a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
  • La opinión o preferencia del paciente (o de su familia).

Actualmente, sin embargo, no existe cura para el síndrome de Usher. El mejor tratamiento es la identificación temprana de modo que puedan iniciarse tan pronto como sea posible los programas de educación. Esto puede incluir lo siguiente:


  • Asistencia para adaptación.
  • Dispositivos auxiliares, tales como los audífonos.
  • Entrenamiento para la orientación y movilidad.
  • Servicios de comunicación.
  • Entrenamiento para una vida independiente.
  • Servicios para los problemas de visión.
  • Entrenamiento auditivo.
  • Se ha descubierto que una dosis específica de vitamina A, puede retardar el progreso de la RP, en algunos individuos.

BIBLIOGRAFÍA 

 FENICHELG. Neurología Pediátrica Clínica: Un enfoque por signos y síntomas, Madrid España. Editorial Elsevier 2006. 343 p.
 KITAMURA K., STEEL K. Genetics in Otorhinolaryngology vol 56, Suiza. Editorial Karger 2000. Págs. 11 a 17 
PULIDO J. Retina, coroides y vítreo, Madrid España. Editorial Elsevier, 2003. Págs. 97 y 98
SPALTON D., HITCHINGS R., HUNTER P. Atlas de Oftalmología Clínica, Madrid, España. Editorial Elsevier, 2006. 550 p.



Licenciada Vanessa Uribe Vargas
Tecnólogo Médico con especialidad en otorrinolaringología
Universidad Austral de Chile.